Antes del inicio del S. XX, para cruzar el río Turia en Nazaret se hacía en varias barcas y los carros tenían que hacerlo por el puente del Mar y Monteolivete.
Para ahorrar la larga vuelta para el transporte se decide construir un puente. El 20 agosto de 1901 se presenta el proyecto para construir un puente de hierro entre las calles Ejército Español de Cantarranas y la calle Mayor de Nazaret. En subasta a la baja de 62.253 pts.
1929
En octubre de 1904, el Ayuntamiento da un plazo de cuatro meses al contratista para terminar las obras. En julio del siguiente año le advierten para que contrate más personal y terminar las obras ya que con los que tenía era imposible dar actividad.
Los meses pasaban y el tránsito del público por el puente se hacía peligroso lo que obligó al alcalde a ordenar la colocación de maderos ante las constantes paralizaciones de las obras. En abril de 1906, el alcalde Sanchis Bergón reclama inspecciones sobre la solidez y seguridad del puente de hierro. En la inundación de 1907 la zona central del puente quedó aislada al perderse el material de los dos extremos.
En 1908 el Ayuntamiento aportaba 38.594 ptas. para la finalización de las obras del puente. Un año después ya se formaron comisiones por el grave estado de deterido del puente, realizando obras provisionales hasta la resolución para reformar su anchura
1908. El Pueblo.
El 25 de agosto de 1910 el Ayuntamiento da viabilidad al puente de Nazaret para toda clase de carruajes.
1911. Pese al mal estado del puente el público ya hace más uso de él y lleva a algunos barqueros a deshacerse de sus barcas.
El 20 de julio de 1912 se instala la vía metálica para carros que serían remodeladas un año después. En 1914 se declara el puente en estado ruinoso, prohibiendo el paso de carros de cualquier tipo.
En 1915 se obliga a pagar el Pontazgo a los automóviles y en 1919 los vecinos de Nazaret y Cantarranas quedan excentos del pago.
En 1922 el Gobierno Civil aprueba la realización de obras de un tramo metálico, en octubre la Compañía de Ferrocarriles de Valencia a Villanueva de Castellón se ofrece para remodelar el puente. Un año después el Ayuntamiento ordena al encargado de arbitrios del puente el arreglo de las aceras y que lo riege más asiduamente, además dió orden de arreglar la excasa iluminación.
A partir de 1923 ya todo se hace provisionalmente ante el empuje del proyecto de un nuevo puente, cayendo en el olvido del Ayuntamiento pero del que seguían cobrando el Pontazgo hasta la entrada en funcionamiento del nuevo puente en 1931.
Irónicamente el puente resistió el paso de la guerra civil y acabó sus días en la riada de 1949 sin tener mantenimiento alguno.