viernes, 14 de octubre de 2016

¡Hablan las piedras!

A mis padres.

El día 14 de octubre de 1957, Valencia sufrió una de las mayores tragedias que alcanzó a todos los valencianos, a todos los barríos, a todas las casas.

Se calcula que hubo 81 fallecidos, aunque la cifra no se podrá saber nunca ya que en aquella época había mucha gente viviendo en chabolas junto al río,  en zonas de huerta y, como ya ocurrió en la llamada riada de 1949, prácticamente desaparecieron todas.

En Valencia ciudad apenas llovía pero en la cabecera del Turia caían más de 200 l/m2, también en lugares como Picasent, Liria y Domeño, la máxima registrada fue de 500 l/m2 en Altura. El Turia iba recogiendo grandes cantidades de agua  haciendo que en la ciudad llegara un caudal de 2,700 m3/seg. en la primera riada, hasta que le llegó el gran torrente desde la Calderona que hizo llegar a la ciudad de Valencia un caudal de 6.000 m3/seg, la segunda avenida que coincidió con fuertes lluvias sobre la ciudad.

La aguas arrasaban con todo y empujando toda clase de materiales y gran cantidad de lodo y barro en dirección a los Poblados Marítimos después de dar cuenta en el centro, salvo en lo que fue la Valencia romana que quedó completamente seca por su ubicación.

La ola de barro fue reventando barracas y alquerías en la actual Blasco Ibáñez y en el camino Hondo encontrándose con el cementerio de Grao destruyendo parte del muro, derribando nichos y levantando tumbas situadas en el suelo (días después seguían apareciendo ataudes en la desembocadura del Turia y en el interior del puerto), el cauce había desaparecido así como ls vías del trenet de Nazaret que fueron arrancadas no volviendo a funcionar nunca más.

Helicóptero aterrizando en Nazaret. Col. particular.

La fuerza del barro también llego al antiguo Pueblo Nuevo del Mar, la distribución de las calles más largas que eran paralelas a la costa y fue como un muro detrás de otro, dejando en la calle pasada más barro que en la próxima. La mayoría de las casas eran de una o dos alturas, pasando el agua por encima de muchas plantas bajas, destruyéndolas y haciendo el camino más fácil a la onda. En la mayoría de las calles del Cabanyal la altura del barro fue de más de un metro y la del agua superior a dos metros.


 Tomás Trénor Azcárraga.

El alcalde de Valencia, D, Tomás Trénor Azcárraga no tardó en solicitar ayuda al Gobierno y al Ejército, este desplazó a todo el Regimiento de Infantería Guadalajara 20 que inmediatamente empezaron la limpieza de las calles, más tarde se les conocería como "La quinta del barro" y poco después algunos de ellos participaron en la guerra de Ifni.

La acequia del Gas reventada y desaguando al mar un mes después de la riada.

Las ayudas eran escasas, aunque se organizaban festivales, tómbolas y subastas en toda España (la más conocida fue la de Radio Juventud de Murcia  llevada por Adolfo Fernandez) y se insistía en reclamar a Madrid. En diciembre se firmó el llamado "Decreto de adopción de Valencia" donde se donaba 300 millones de ayuda para los habitantes y a los comerciós se les otorgaba préstamos de bajo interés. 

 Buscando víctimas en la orilla del Turia en Nazaret. Col. particular.

Cuando llegó el nuevo año la ciudad parecía haber llegado a la normalidad pero era un espejismo, la red de alcantarillado seguía completamente bloqueada, o como en los Poblados Marítimos prácicamente no existía al haber sido reventadas como la acequía del Gas, la de los Ángeles y la Cadena que seguían desaguando por las calles por donde deberían seguír el alcantarillado. La gente seguía sin agua corriente ni luz, las ayudas que habían llegado era casi nulas (casi con el nuevo años mis padres recibieron la primera ayuda que consistía en tres mantas militares). El Alcalde consinuó solicitando más ayudas del Decreto que prácticamente no llegaba, el Gobierno le acusó de pedir más de lo necesitado...iniciándose una de las mayores crisis del Gobierno de Franco...las fallas amenazaban con no plantarse en el 58.

El Puerto en octubre de 1957.

Llegó la proclamación de la Fallera Mayor y el discurso corría a cargo del periodista Martín Domínguez..."Valencia, la gran silenciada. Cuando enmudecen los hombres? ¡hablan las piedras!", "Porque los hombres enmudecen a veces. Por inconsciencia, por comodidad, por cobardía. Y en esos momentos injustos de silencio, Dios permite que hablen las piedras", "que guapa está Valencia cuando no necesita nada, con novios en España y en Europa", "Tres golpès ha necesitado Valencia", "el tercer golpe en octubre de 1957", siguen callando y hablan las piedras y los elementos"...la respuesta del Gobierno de Franco fue el cese fulminate del Alcalde Tomás Trénor y amenzó con reducir el cupo de papel de prensa que hizo dimitir a Martín Dominguez. Y las ayudas seguian sin llegar.

 Martín Domínguez. Ilustración Lonjedo.

Y llegó junio de 1958, una riada poco conocida porque el caudal no fue tan destructor y sólo afectó a los Poblados Maritimos por la nula red de alcantarillados y colectores y la inexistencia del cauce del Turia pasando Monteolivete, dió un nuevo golpe a los ya castigados habitantes del Marítimo...
"Pocas y cortas palabras. Que hablen los hechos. Las calles de Valencia se llenaron ayer otra vez de agua. El agua se manifestó ayer tarde por nuestras calles. Como si tuviera corazón? y coraje."  que hizo reaccionar al Estado y las ayudas no sólo empezaron a llegar sino que se empezó a recuperar la red de colectores y se creó al Plan Sur.

 Colección particular

El mito del sello del Plan Sur: Se trata de una leyenda popular que las obras del Plan Sur fueron pagadas por los valencianos mediante el uso de un sello que se aplicaba a toda la correspondencia, en realidad la venta de los sellos supuso un 5% el presupuesto de las obras, sin embargo se recaudó más con impuestos casi ocultos, en la contribución urbana y rústica, telegramas, canon de hoteles....

Foto propia.
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En cuanto a las ayudas económica no llegó como debería haber sido...mis padres recibieron poco más de 200 pts...hacía 5 meses que se habían casado y lo perdieron todo (ropa, muebles, enseres y muchas cosas aún sun estrenar) aún no se había trasladado a la casa que habían alquilado porque estaban arreglándola...todavía recuerdo, de lo poco que salvaron con muchos daños, el ropero y un mueble de comedor que en casi un metro de su parte inferior era como si los hubiesen puesto en un balsa con ácido...el agua y sus materiales lo pudría todo como un ácido.

Mayo 1957.